Por Jesus Lopez
Tener a Antonio Mohamed como entrenador de Pumas es un arma de doble filo, por un lado está su experiencia innegable que mucho nos pudo haber ayudado con más tiempo en el club, pero por el otro, sabemos la clase de entrenador que es y que suele tomar las riendas del proyecto sin escuchar lo que otras voces recomienden y que no sean de su círculo de confianza.
Así, vimos que Miguel Mejía Barón quien tenía un papel más recurrente en los procesos de Andrés Lillini y Rafa Puente Jr. se hizo a un lado y poco se le veía salir de su oficina, incluso luego de ser aquel que también buscaba jugadores para el club, al inicio del Apertura 2023 en la conferencia de prensa de presentación de los refuerzos confesó que no tenía mucho conocimiento de los nuevos jugadores.
Un acto que demostró que Mohamed era quien llevaba los hilos también en la cuestión de la inteligencia deportiva y así, vimos como el “Dr” se desapareció, no lo vimos tomar acciones contundentes con Gustavo del Prete como las que tuvo con Gabriel Torres y Cristian Battocchio, pero ahora las cosas estaría volviendo a la normalidad.
Miguel Mejía Barón ahora mismo estaría retomando su rol como vicepresidente deportivo de Pumas en todas sus letras y no solo por honorarios, y él sería uno de los responsables de la siguiente lista de bajas del club, además, declaró que sería él quien notifique a Dinenno la decisión de continuar o no en el club y habría dado su visto bueno para el fichaje de Piero Quispe, sin embargo, esto sería de lo último que veremos de el “Dr” pues él mismo ha revelado que ha presentado su renuncia varias veces a la directiva y ahora con 79 años, su final en Universidad cada vez está más cerca.
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