Por Jesús López
Pumas ha tenido un torneo de dos versiones distintas, una cuando jugamos en CU y otra cuando salimos de visita, pero estas vienen también acompañadas de un equipo al que las lesiones no le han respetado, ni tampoco las suspensiones, dejando en evidencia un esqueleto algo delgado que el Dr. Miguel Mejía Barón debía de sanar.
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Hace tan solo unas semanas, se le reconocía a Mejía Barón el buen mercado invernal que junto a su equipo lograron concretar para Pumas, no solo se hizo la venta más cara en nuestra historia (Gabriel Fernández) también se cerró el fichaje más caro (Leo Suárez), quien además completó una cifra cercana a los 11 millones de dólares, algo nunca gastado en un solo mercado de pases.
Sin embargo, en el fútbol hay algunas reglas no escritas que se deben cumplir, y Antonio Mohamed es sabedor de ellas, por eso, al llegar a Pumas, aplicó el mandamiento: "Un equipo se refuerza de abajo hacia arriba" trajo defensas de peso, dejó ir a otros, pero mantuvo una banca con Arturo Ortiz que sabíamos nos podía responder en caso de una ausencia sensible de Lisandro Magallán y Nathan Silva, hoy no tenemos eso.
Es increíble como alguien con su experiencia cometió el error de permitir que la defensa quedara tan expuesta, la directiva se segó y fue únicamente por refuerzos ofensivos, dejó ir al "Palermo" y confió en que Ricardo Galindo podía sacar el trabajo el cual ayer vimos a un Adrián Aldrete terminar las funciones como central y quedó evidenciado que estamos sumamente expuestos en la parte baja, dependemos que nuestros centrales no se lesionen o no sean suspendidos y si ahora vs Chivas nos costó una goleada en contra, en liguilla podría salir muy caro un descuido de primaria de parte de la directiva auriazul.
22/12/2024
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