Por Jesus Lopez
Terminó la participación de Pumas en el Apertura 2022 y hay un claro culpable por el fracaso, se trata del director técnico Andrés Lillini, cuyos experimentos en la cancha nadie entendió, al final sus improvisaciones trajeron como resultado una bochornosa eliminación en la fase regular.
Nadie comprende por qué insistió con Gustavo del Prete cuando sólo jugó dos partidos decentes. La única explicación se encuentra en los 4.5 millones de dólares que costó su ficha. También le tembló la mano para poner a Dani Alves como defensa lateral, lo dejó en la media cancha.
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La lista de movimientos inexplicables continúa con su decisión de poner a Marco García o Carlos Gutiérrez como laterales cuando sus cualidades son ofensivas, pero quizá lo más imperdonable es que jamás le dio la oportunidad a un futbolista que pudo marcar la diferencia en el certamen.
Se trata de Gil Alcalá, el arquero que llegó como refuerzo para pelear por la titularidad. Desde antes de que iniciara el certamen tenía el visto bueno de la hinchada, sin embargo, Lillini le dio el lugar a Julio González después de estar detrás de Alfredo Talavera.
Andrés se la jugó con Julio, el resultado fue un desastre, se cansó de comerse goles y regalar rebotes, mientras en la banca permanecía Alcalá a la espera de una oportunidad que se merecía. Gil jugó dos partidos, pero fue por una lesión de su compañero, no porque el técnico lo viera como titular.
23/11/2024
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