Por Jesus Lopez
Muchos lo pidieron en su momento y cuando menos se esperaba, Leopoldo Silva ha dejado de ser el presidente de Pumas, una decisión que toma a muchos por sorpresa, pero que el ex directivo ya tenía meses pensando en dejar su cargo, uno en el que estuvo 4 años y no dio ninguna satisfacción deportiva, pero eso sí, se llevó un buen patrimonio.
Leopoldo Silva llegó como suele suceder en Pumas, por dedazo del rector Enrique Graue, esto a finales de 2019 para intentar salvar el barco que dejó el polémico Rodrigo Ares de Parga, y de inmediato empezaron los cuestionamientos por ser una persona que ha estado alejada del fútbol durante toda su vida.
Su desconocimiento por el fútbol lo llevó a traer de vuelta a Miguel Mejía Barón como vicepresidente para que él tomase las decisiones más relevantes en lo deportivo y aunque se llegó a dos finales, tanto de liga, como de Concachampions, este último año ha sido insostenible la crisis, incluso, cuando su proyecto con Rafa Puente Jr. fracasó, comenzó a rondar la información de que Leopoldo puso su renuncia en la mesa, la cual no fue aceptada por el rector.
Al final, Leopoldo ya renunció y su lugar será tomado por Luis Raúl González, quien fuera presidente de la CNDH de 2014 a 2019, o sea otro con nulo conocimiento de fútbol, pero esa es otra historia, Silva se fue de Pumas, y según la revista Fútbol Total, este ganaba cuatrocientos mil pesos al mes como presidente de Pumas, por lo que en su gestión de casi cuatro años (le faltó un mes) se llevó 19.1 millones de pesos, pero ¿títulos? Nada.
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