Por Jesus Lopez
Ser parte de Pumas es una forma especial de vivir el fútbol, aquí hay un sentimiento de identidad diferente, la afición reconoce a su equipo como un club que más allá de lo voraz que puede ser el fútbol moderno, se mantienen las bases dando oportunidad a jóvenes de cantera, extranjeros que pesen, y mexicanos que quieran ser parte del equipo que representa a la UNAM.
Sin embargo, hay quienes viven todo ese proceso formativo como Alan Mozo, que acompañando la tradición del club se ponen dispuestos a cambiar de aires dejando de lado el tema económico ya que en Pumas se le pagaba mejor que en Chivas, pero el creyó que en el Rebaño Sagrado la oportunidad de salir campeón era más viable que en el conjunto del Pedregal, aunque luego de un complicado proceso de adaptación, por poco lo logra.
El defensa tuvo la oportunidad de sacarse la espina ante un club que seguro sabe, tiene un pique con Pumas, así que el escenario estaba perfecto para que muchos espectadores de Pumas vieran como uno de los últimos hijos pródigos de Cantera estaba cerca de alzar el campeonato.
Sin embargo todos vimos lo que pasó, luego de tener un buen torneo regular y una liguilla para enmarcar, todo parecía un sueño para Alan al medio tiempo, sin embargo, casi de forma inmediata se transformó en pesadilla, siendo incluso cómplice en el gol del empate de Córdova al ir muy flojo en la marca, y esos errores en una final se pagan caro.
Para colmo Mozo terminó siendo relegado, en una mala planeación de Paunović, pero que dejó a todo el chiverio con las ganas de ver a su jugador más importante en la zona baja y que al menos un centro a Briseño que ya jugaba de 9 cuando todo estaba perdido si hubiera puesto, pero al final Mozo se volvió a quedar con las ganas, y aunque lo volverá a intentar, es duro levantarse de dos derrotas en finales de liga.
23/11/2024
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