Por Jesus Lopez
Nadie pone en duda que la camiseta de Pumas es la más pesada del fútbol mexicano, varios jugadores brillaron en equipos chicos o falsos grandes y al venir a Ciudad Universitaria les temblaron las patitas, tantito les dio el sol de las 12, jamás volvieron a ser lo que prometían.
Uno de ellos jugó en los chemos, con poco se convirtió en figura de los amargos y le dieron la camiseta de Universidad Nacional para ver si era un jugador de verdad. Para mala fortuna no rindió lo mismo y en un año ya estaba de regreso en su natal Argentina.
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Se trata de Mauro Formica, quien llegó a México con los cementeros en los que estuvo dos años y medio. Luego de un breve retorno por Newells Old Boys la directiva de Rodrigo Ares de Parga se lo trajo de regreso a tierras tricolores en 2017.
De los 37 partidos de liga que pudo jugar en Pumas, en 16 estuvo en la banca o ni siquiera entró en la convocatoria, nunca estuvo cerca de ser el crack que Ares de Parga esperó. Francisco Palencia y David Patiño lo orillaron del club.
Mauro Formica juega en la actualidad con el Colón de Santa Fe, pero se la pasa calentando banca. A sus 34 años Transfermarkt cotiza su carta en 50 mil euros, una cifra pequeña comparada con los 2 millones que costaba en Universidad Nacional. El argentino es otro ejemplo de que no a cualquiera le queda la playera de Pumas.
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