Por Jesus Lopez
Al finalizar la campaña anterior Antonio Mohamed tenía claro que lo primero que tenía que hacer para cambiar la cara del equipo era cambiar la zaga defensiva y como buen estratega, sacó el libro de reglas no escritas y reforzó al equipo de abajo para arriba, trayendo a dos nuevos centrales, Lisandro Magallán y Nathan Silva, zagueros que parece que a pesar del poco tiempo, llevan una buena relación.
Argentino y brasileño, han demostrado que entre ambas nacionalidades se pueden llevar muy bien en pro de sumar para su equipo y aunque aún exista la frontera del idioma entre ambos, el tiempo que han pasado juntos ha hecho que se desarrolle una buena amistad y eso es algo que será muy beneficioso para el bien común.
Y es que al llegar ambos a la Ciudad de México casi al mismo tiempo, tuvieron que pasar algunas semanas viviendo en un hotel al sur de la capital del país en lo que encontraban la casa en la que se acomodarían con sus respectivas familias, por lo que no solo pasaban tiempo juntos entrenando y ejercitándose en Cantera, sino que todo eso lo trasladaban a su vida en el hotel y que fue puliendo una amistad que hoy en día el Magallán presume:
"Compartíamos la vida en el hotel en lo que encontrábamos lugar para vivir. Yo no hablo portugués, él no español y buscábamos entenderlos y compartir porque nos adaptábamos a un país, una nueva liga y buscando la vida".
Nathan Silva tiene algunas semanas más que Magallán y su adaptación y seguridad se notan un tanto mejor que su compañero quien destaca la confianza que tiene en el trabajo del brasileño, pues en la misma conferencia de prensa declaró que le da mucha sensación de confianza debido a su fortaleza física y está seguro que cuando va por un balón, sabe que lo va a ganar.
15/01/2025
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