Por Jesus Lopez
Pumas está prestando especial atención en el tema de los refuerzos, pues últimamente los hombres que han ingresado al equipo no logran funcionar, por más cartel que puedan presentar. Nombres como los de Washington Orozco o Sebastián Saucedo son solo unos ejemplos de lo mal que se han elegido a los refuerzos.
La afición auriazul se está volviendo en una de las más exigentes del país, eso es alimentado en gran manera por dichos fichajes que no han funcionado, dejando mucho espacio para las críticas en una directiva que se ha cansado de repetir no tendrán mucho presupuesto para los fichajes y deben sacar agua de las piedras.
Una de las ideas que comenzaron a surgir fue el regreso de Favio Álvarez al Pedregal, el jugador que viera poca participación con el equipo y por ello se diera su salida a modo de préstamo al fútbol argentino, donde actualmente continúa esperando que el equipo haga válida su opción a compra o que le depare su futuro.
Para la afición está claro, necesitan hombres buenos y que ya no requieran un proceso de adaptación de mucho tiempo, pues eso es lo que precisamente no se tiene en el equipo universitario, tiempo, teniendo poco margen de maniobra para Antonio Mohamed y compañía con el siguiente campeonato.
Para la afición el jugador es un cartucho usado y a menos que muestre un gran cambio con respecto a lo que mostró en su etapa anterior no lo quieren de regreso. La directiva podría hacer uso del jugador, ya que al terminar el plazo del préstamo podrían hacerlo regresar a México y así tener otro fichaje con un costo nulo, siendo su salario el único gasto a cubrir.
23/11/2024
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