Por Jesus Lopez
Jugar con Pumas es un reto no apto para cualquiera, representar a la Universidad simboliza un orgullo que necesita de garra, pasión y talento. Llegar al equipo también requiere de una buena preparación física debido a lo que representa jugar en la altura de la Ciudad de México.
En este torneo para olvidar hubo un jugador que claramente nunca se pudo adaptar a lo que significa salir a la cancha sobre los 2 mil 200 metros al nivel del mar que tiene la CDMX. Su nombre es Gustavo del Prete, el bulto por el que los auriazules pagaron 90 millones de MXN.
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Desde que llegó el ‘Tuti’ reveló en entrevista con el Diario Récord que llegó a sentirse ahogado por la altura, esto sin duda fue un verdadero reto para el argentino. En Estudiantes tenía el mar del Plata a unos metros de su antiguo estadio, lo que le facilitaba desempeñarse 90 minutos.
En México la historia cambió, tuvo un par de buenos partidos y en los demás se convirtió en un fantasma que debía de salir de cambio. Jugó en todos los encuentros, pero apenas completó uno. La altura habría sido un factor clave para que su rendimiento fuera tan decepcionante.
Gustavo del Prete tuvo un torneo tan malo que hay rumores acerca de su posible salida del club. Si se llegara a concretar lo más probable es que sería a préstamo, ya que tiene un costoso contrato hasta 2025 con Pumas. De quedarse, la afición espera que el Tuti haya terminado su periodo de acondicionamiento.
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