Por Jesús López
Para cualquiera debe ser muy complicado trabajar teniendo la presión de las miradas encima, esperando cualquier error para que este sea señalado, sin embargo, por más que se quiso creer en Gustavo del Prete por un año y medio, el argentino tampoco puso mucho de su parte y aunque se nota que es un tipazo, lamentablemente le quedó grande la playera de Pumas y ahora deberá buscar su suerte en Mazatlán.
Andrés Lillini fue quien se fijó en él, cuando la estaba rompiendo en Estudiantes de la Plata, en don de en 45 partidos metió 14 goles puso 8 asistencias y era el comandante del ataque, por ello la directiva confió y gastó 4.5 millones de dólares en su fichaje, más 15 millones de pesos anuales en sueldo.
La inversión, aunque fuera de lo que estábamos acostumbrados en Pumas parecía justificada, pues llegaba con contrato hasta 2025 y con la intención de potenciarlo para llevarlo a Europa y recuperar lo invertido, algo que nunca va a pasar pues en Universidad nunca se acopló y ahora termina yéndose a préstamo a con los cañoneros.
Sé que algunos dirán que Gabriel Torres, Yuber Asprilla o Joffre Guerron se podrían estar peleando ese puesto, sin embargo, por ninguno de ellos se pagó tanto dinero por lo que los 7 goles y 4 asistencias en 3079 minutos repartidos en 54 participaciones, convierten a Gustavo del Prete en el peor fichaje según costo - rendimiento, ahora se va un año a Mazatlán en donde es muy probable que le vaya mejor que en el Pedregal y es que la presión de un equipo grande no es para cualquiera.
23/11/2024
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