La identidad de Pumas: valentía, agilidad y tradición universitaria

La historia del Club Universidad Nacional está profundamente ligada a la identidad que le otorga su icónico apodo: los Pumas. Este nombre, que simboliza valentía, astucia y fortaleza, fue elegido entre 1942 y 1946 por Roberto "Tapatío" Méndez, entrenador de futbol americano universitario, quien deseaba reflejar en sus jugadores las características de este felino: agresividad, inteligencia, velocidad y la capacidad de superar rivales mayores con agilidad y destreza.

Originalmente pensado para el equipo de futbol americano, el nombre “Pumas” rápidamente trascendió y se extendió a todos los deportistas universitarios, consolidándose como un símbolo de orgullo y unión para la comunidad auriazul. Más allá de un apodo, el término se convirtió en un emblema que destaca la esencia competitiva y la resiliencia de los equipos de la UNAM.

Con el paso del tiempo, la relación de los universitarios con los pumas se fortaleció aún más, llegando al punto de adoptar ejemplares reales como mascotas en eventos deportivos. Estos felinos, que portaban nombres como Casti, Palillo, Ulises, Pibe, Maya, Pilú, y Miztli, entre otros, representaban físicamente el espíritu que el equipo buscaba transmitir tanto en la cancha como fuera de ella.

Para la afición universitaria, ser Pumas va mucho más allá del futbol; es una filosofía de vida que resalta el coraje y el esfuerzo frente a cualquier desafío. Esta identidad, construida sobre valores como la fortaleza y la inteligencia, conecta profundamente con los seguidores del equipo, quienes ven en este mote un reflejo de la grandeza y el carácter único del club.

El legado de los Pumas sigue vivo, inspirando no solo a sus jugadores, sino también a la comunidad universitaria y a los aficionados que llenan las tribunas en cada partido. Este nombre, nacido de una visión, se ha convertido en un símbolo eterno que representa lo mejor de la UNAM: valentía, agilidad y pasión sin límites.